Legal Design Thinking: 5 claves para unos documentos legales claros
Los abogados están acostumbrados a trabajar con términos jurídicos complejos día tras día en sus contratos con el fin de que estos sean intachables. Pero, a su vez, la complejidad del lenguaje legal puede ser una barrera tanto para profesionales como para clientes. Aquí es donde entra en juego el Legal Design Thinking, una metodología que busca hacer los documentos legales más comprensibles y accesibles para todos. ¿Alguna vez has enviado un contrato y te han respondido con dudas sobre términos complejos y párrafos interminables? Es hora de ponerle solución.
La necesidad de claridad y eficiencia en los documentos legales y contratos se vuelve cada vez más imprescindible en una época en la que la rueda del negocio está obligada a girar cada vez más rápido. Los documentos ininteligibles no solo generan frustración. También pueden desencadenar errores costosos, litigios innecesarios y una experiencia de cliente pobre que lleva a confusiones e ineficiencias. Por eso, en este artículo, exploramos cómo el Legal Design Thinking puede ser una herramienta poderosa para los profesionales legales que buscan modernizar, simplificar y hacer accesibles sus contratos.
Este artículo también está disponible en inglés.
En este artículo encontrarás:
- ¿Qué es el Legal Design Thinking?
- 5 claves para aplicar el Legal Design Thinking en tus documentos legales
- Aplicaciones prácticas del Legal Design Thinking
- Beneficios del Legal Design Thinking para los profesionales legales
- El futuro de lo legal es claro, visual y centrado en el usuario
¿Qué es el Legal Design Thinking?
Con el ‘Legal Design Thinking’, el abogado no solo redacta, sino que también diseña experiencias de lectura legales más accesibles
El Legal Design Thinking es una metodología que aplica los principios del diseño centrado en el usuario al ámbito jurídico. En lo referente a los documentos legales —como contratos, políticas, acuerdos o manuales—, su objetivo es que sean más claros, comprensibles y útiles para las personas que los leen, sin perder precisión legal.
Se basa en el pensamiento de diseño (design thinking), que implica empatizar con el usuario final, definir sus necesidades, idear soluciones, prototipar y testear. En la práctica: el abogado no solo redacta, sino que también diseña experiencias de lectura legales más accesibles. Esto implica usar un lenguaje claro, estructurar mejor la información, incorporar elementos visuales y, sobre todo, pensar desde la perspectiva del lector para facilitar la comprensión y el cumplimiento.
5 claves para aplicar el Legal Design Thinking en tus documentos legales
1. Empatiza con el usuario
Todo proceso de diseño empieza por comprender al usuario. En el mundo legal, esto significa ponernos en la piel de quien leerá, firmará o interpretará el documento. No es lo mismo redactar para un abogado que para un directivo de operaciones, un cliente o un proveedor.
Para empatizar con tu interlocutor, habla con él, trata de conocer su trabajo y observa cómo interactúa con documentos anteriores. ¿Dónde se atascan los documentos? ¿Qué términos les resultan confusos a tus interlocutores? ¿Cómo usan los documentos en su día a día? Esta fase de investigación será esencial para orientar las decisiones de diseño posteriores.
2. Simplifica el lenguaje sin perder precisión
Uno de las cualidades más comunes en los documentos legales es el uso excesivo de la jerga. Opta por frases cortas, verbos activos y estructuras gramaticales simples. Cuando sea necesario incluir términos técnicos o cláusulas obligatorias, acompáñalos de una breve explicación o glosario, especialmente en anexos o notas al margen.
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3. Estructura la información con lógica y jerarquía visual
Los documentos legales suelen pecar de densidad. Para mejorar su legibilidad, es clave estructurar el contenido en secciones con títulos claros, numeraciones coherentes y espacios en blanco.
Introduce subtítulos descriptivos, tablas para presentar información compleja (como precios o plazos), e incluso diagramas o líneas de tiempo para visualizar procesos o cronologías contractuales.
Además, el uso del diseño visual —como tipografía, color y espaciado— debe estar al servicio de la comprensión, sin recargar. Por ejemplo, resalta fechas clave, obligaciones o cláusulas de mayor impacto con un formato diferenciado.
4. Prototipa, prueba y mejora continuamente
El Legal Design Thinking promueve la iteración. Una vez diseñado un nuevo modelo de contrato, política o NDA, prueba su efectividad con usuarios reales.
Observa cómo interactúan con el documento: ¿entienden lo que deben hacer? ¿Pueden localizar una cláusula específica sin ayuda? ¿Tienen dudas tras leerlo? A partir de estos inputs, realiza ajustes.
Este enfoque experimental puede parecer poco habitual en entornos legales tradicionales, pero sus resultados —en términos de agilidad, reducción de errores y satisfacción del usuario— lo justifican sobradamente.
5. Trabaja en equipos multidisciplinares
El diseño legal no es solo tarea del abogado. Requiere la colaboración de perfiles complementarios como diseñadores gráficos, expertos en UX, desarrolladores o comunicadores. Cada uno aporta una perspectiva clave para optimizar la usabilidad del documento.
Es complicado formar equipos legales con tal diversidad de habilidades, pero contar con varios profesionales de legal operations te permitirá encontrar soluciones más creativas y eficaces. Por ejemplo, mientras el abogado garantiza la validez legal del contenido, ellos puede plantear una disposición visual más clara, evaluando cómo interactúa el lector con el texto.
6. Extra: utiliza la tecnología adecuada
Además, si optas por implementar un buen software de Contract Lifecycle Management (CLM) que sea usable y esté enfocado desde una buena experiencia de usuario, contarás con una interfaz visual que te permitirá simplificar los procesos de trabajo sobre los documentos. Esto se ve reflejado en todo el ciclo de vida del contrato, desde la solicitud inicial, pasando por la creación automatizada de documentos a través de plantillas muy visuales, la negociación y validación y firma electrónica, todo desde una sola plataforma.
Debes pensar que un proveedor de CLM de última generación cuenta con un equipo de producto para desarrollar su software, de forma que contarás con esos profesionales especializados en la usabilidad y el diseño a tu disposición, a través del propio CLM.
Aplicaciones prácticas del Legal Design Thinking
El Legal Design Thinking es aplicable a múltiples, por no decir todos, documentos del día a día legal: contratos de prestación de servicios, acuerdos de confidencialidad, políticas internas, términos y condiciones, manuales de cumplimiento o guías para proveedores.
Un caso común es el rediseño de contratos para clientes B2B. En lugar de enviar un PDF de 15 páginas con cláusulas que no se leen hasta el final del proceso de venta, una empresa puede presentar un resumen visual del acuerdo, seguido de un contrato completo más claro y directo. Esto acelera la negociación y genera confianza desde el principio.
En el ámbito del compliance, los códigos éticos o políticas internas pueden beneficiarse enormemente de esta metodología, transformando documentos que antes nadie leía en recursos accesibles y comprensibles para todos los empleados.
Incluso en los procesos judiciales, cada vez más tribunales y despachos exploran cómo el diseño puede mejorar la comprensión de resoluciones, sentencias o citaciones.
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Beneficios del Legal Design Thinking para los profesionales legales
Analicemos cindo de los beneficios del Legal Design Thinking:
- Reducción del tiempo de revisión: documentos más claros requieren menos preguntas, generan menos errores y acarrean menos correcciones.
- Mejor experiencia de cliente: los clientes entienden más rápidamente sus derechos y obligaciones, lo que mejora la relación con el despacho o asesoría.
- Diferenciación profesional: ofrecer documentos comprensibles y bien estructurados es una ventaja competitiva frente a la competencia.
- Reducción de riesgos legales: la claridad evita interpretaciones erróneas o cláusulas contradictorias.
- Fomento de la cultura de cumplimiento: políticas y guías más accesibles son más fáciles de seguir y aplicar en el día a día.
El futuro de lo legal es claro, visual y centrado en el usuario
El Legal Design Thinking es una respuesta necesaria a los desafíos actuales del sector legal. En un entorno donde la transparencia, la eficiencia y la experiencia del usuario son cada vez más relevantes, los profesionales jurídicos que adopten esta metodología estarán mejor posicionados para liderar el cambio.
Aplicar estos principios no implica perder el rigor jurídico, sino potenciar su impacto. Un contrato bien diseñado no es menos legal: es más claro, más eficaz y más útil. Por tanto, la invitación está abierta: ¿estás preparado para rediseñar tu trabajo legal?
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