Si trabajas con contratos complejos, sabes que una gestión del tiempo adecuada no es un lujo, sino una necesidad. Entre borradores, versiones, negociaciones y validaciones internas, las horas se esfuman sin que apenas te des cuenta. Este artículo está pensado para ti, profesional legal, abogado in-house o directivo que necesita optimizar sus jornadas de trabajo sin sacrificar calidad, cumplimiento ni precisión.
La gestión del tiempo legal se convierte en una competencia clave en entornos en los que se trabaja con una alta carga documental, pero se antoja imposible ante las exigencias crecientes y el ritmo frenético de los negocios. La buena noticia es que existen soluciones. A través de este artículo queremos ofrecerte una guía práctica, en la que te mostraremos cómo estructurar mejor tu jornada, reducir el tiempo improductivo y hacer frente a la complejidad de los contratos con métodos probados.
Este artículo está disponible en inglés.
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Antes de aplicar cualquier mejora, necesitas saber dónde se va realmente tu tiempo. En el ámbito contractual, los ladrones de tiempo suelen concentrarse en cinco ubicaciones:
Estos son algunos ejemplos, pero cada profesional tiene los tuyos. Analiza conscientemente tu jornada, tus hábitos y tiempos de trabajo, identifica tus ladrones de tiempo y realiza un registro durante una semana. Anota cuánto tiempo dedicas a tareas repetitivas y cuánto a trabajo estratégico. Esa simple acción te proporcionará una hoja de ruta para actuar.
Los contratos complejos necesitan tiempo y atención, de modo que te requerirán tiempo. Si trabajas de manera estructurada habrás dado un gran paso en la optimización de tu tiempo:
En cada fase del contrato hay oportunidades para mejorar la gestión del tiempo.
Aprende más sobre las fases del ciclo de vida de los contratos
Una buena gestión del tiempo no es solo una responsabilidad individual, sino de todo el equipo legal. En el trabajo relativo a los contratos, es preciso establecer un orden y una metodología específica:
Esto no solo reduce el tiempo invertido por contrato, sino que minimiza errores y asegura una consistencia clave para el correcto funcionamiento de las operaciones legales de la compañía.
Si tu equipo legal aún redacta desde cero cada documento o tiene los contratos diseminados entre sus escritorios locales, estáis perdiendo horas muy valiosas y asumiendo riesgos legales y de cumplimiento.
Consejo clave: una plataforma de CLM (Contract Lifecycle Management) completa te ayudará a sistematizar estos procesos y liberar tiempo para tareas realmente estratégicas.
Ser asertivo también es una habilidad legal. Uno de los grandes enemigos de la buena gestión del tiempo es la falta de límites. Si todo es urgente, nada lo es realmente. Hay que desarrollar la capacidad para identificar las verdaderas urgencias y diferenciarlas de las tareas que deben quedar en segundo plano.
No hay soluciones mágicas. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Así, es momento de que recurras a los Key Performance Indicators (KPI), indicadores clave que te permitirán especificar el tiempo consumido en proyectos relevantes. ¿El objetivo? Discernir entre los procesos eficientes y aquellos que necesitan una revisión.
Define indicadores y compáralos cada trimestre. Verás dónde se encuentra tu verdadero potencial de mejora.
Los contratos son cada vez más complejos y el volumen no deja de crecer, así que es hora de gestionar mejor el tiempo para mantener el control, la calidad y el valor que aporta el área legal a la organización.
Adoptar estas estrategias no significa convertirte en un robot, sino liberar espacio mental y operativo para centrarte en lo que realmente importa: apoyar a la compañía con visión jurídica, anticipar riesgos y mejorar el funcionamiento del negocio.
En Bigle, acompañamos a equipos legales que buscan precisamente eso. Si quieres transformar la forma en que gestionas tu tiempo y tus contratos, contacta con uno de nuestros expertos y déjate asesorar en el proceso. ¡Es hora de transformar tu trabajo sobre los contratos!