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3 claves para que las áreas legales protejan su información sensible

Los abogados in-house y los departamentos legales ya no solo gestionan riesgos normativos: también son guardianes del negocio. Custodian información estratégica y sensible, manejan contratos clave, interactúan con herramientas digitales y tienen la confianza de la organización. Pero esta posición privilegiada los expone a amenazas crecientes: desde phishing y ransomware hasta fugas de datos sensibles vinculadas al secreto profesional. Riesgos a los cuales toda la compañía está expuesta y ante los que ellos deben erigirse como protectores.

En este artículo analizamos tres claves fundamentales para proteger la información confidencial en el área legal, reforzando el papel estratégico del abogado in-house y del departamento jurídico. Verás consejos y mejores prácticas adaptadas al ámbito corporativo, centradas especialmente en contratos, herramientas online y riesgos legales emergentes.

Este artículo también está disponible en inglés.

En este artículo encontrarás:

  1. Controla el entorno contractual: asegúralo antes de firmar
  2. Gestiona las herramientas online y el almacenamiento legal como riesgo corporativo
  3. Prepárate ante incidentes y demuestra compliance: seguridad como valor estratégico

Candado digital sobre contratos en papel. Artículo de Bigle sobre IA, CLM y seguridad.

1. Controlar el entorno contractual: asegúralo antes de firmar

Los contratos corporativos son un punto crítico de exposición: se transfieren datos entre partes, se establecen obligaciones de confidencialidad, aparecen cláusulas de servicio en la nube, delegaciones tecnológicas… Un error de configuración, un proveedor inseguro o un intercambio de documentos sin cifrar están entre los vectores de ataque preferidos por los ciberdelincuentes.

Principales riesgos para la información de los abogados in-house

  • Filtración de cláusulas sensibles (por ejemplo, know-how, desarrollo, propiedad intelectual) que pueden aprovecharse para competidores o para extorsión.
  • Uso de herramientas online sin garantizar la seguridad del almacenamiento o acceso externo.
  • Contratos que incluyen obligaciones de notificación o respuesta rápida ante incidentes y que el departamento legal no ha previsto o documentado adecuadamente.

Mejores prácticas para salvaguardar la información de los abogados in-house

  • Realiza un check-list de seguridad contractual que revise: cifrado de datos, accesos mínimos, auditoría de proveedores, cláusulas de incidentes, continuidad del servicio.
  • Exige cláusulas de seguridad y cumplimiento (SLAs) en los contratos con proveedores tecnológicos, servicios en la nube o plataformas de firma electrónica.
  • Limita el envío de borradores o versiones tempranas mediante herramientas seguras y con control de versión.
  • Forma al negocio y al equipo legal: asegúrate de que los que envían contratos sabrán cuándo y cómo protegerlos, y que sepan informar de incidentes al departamento de seguridad de la empresa.

Al adoptar esta primera clave, el departamento legal refuerza su función de guardia del secreto profesional y del negocio, reduciendo el riesgo antes incluso de que el contrato se active.

Te puede interesar: Riesgo contractual: cómo identificarlo, gestionarlo y mitigarlo

2. Gestiona las herramientas online y el almacenamiento legal como riesgo corporativo

Los abogados corporativos ya no trabajan solos con papel. Usan plataformas de gestión de contratos o Contract Lifecycle Management (CLM), herramientas de colaboración, firmas electrónicas, soluciones SaaS, correo corporativo y a menudo conectan con el resto de la empresa. Cada herramienta es un posible punto de entrada para un ataque, así que debes escoger tus proveedores con mucho mimo.

Contexto y dolor del negocio:

Un estudio sobre abogacía in-house en España revela que un porcentaje importante de los departamentos considera que su confidencialidad no está suficientemente protegida, y un porcentaje significativo afirma haber sufrido vulneraciones. La combinación de tecnología, volumen de datos y exigencias normativas (como la Reglamento General de Protección de Datos – RGPD) hacen que este reto sea prioritario.

Aspectos clave para mejorar la gestión:

  • Accesos y privilegios: define claramente los accesos, quién puede ver qué, dentro de las herramientas que utilices. Tu equipo, los colaboradores de otras áreas, o los externos a tu compañía deben tener permisos diferentes y estrictos.
  • Cifrado y backups: tanto en tránsito como en reposo, los datos deben estar cifrados. El almacenamiento de contratos antiguos o borradores también es crítico.
  • Autenticación fuerte y control de dispositivos: usa proveedores con doble factor de autenticación (2FA), limita dispositivos permitidos y, como medida extra, considera políticas BYOD (trae tu propio dispositivo) con supervisión.
  • Monitoreo y auditoría: el software que implementes debe permitir registrar versiones, cambios, descargas. En caso de incidente, el departamento legal debe tener visibilidad tanto como el área de IT/Seguridad.

Mejores prácticas concretas:

  • Implementa un inventario de herramientas jurídicas (firmas electrónicas, CLM, chat interno, correo) y clasifícalas según riesgo.
  • Revisa los metadatos de documentos antes de enviar fuera de la empresa (los metadatos pueden revelar autor, ubicación, equipo, versiones etc.), ya que son un vector de vulneración habitual.
  • Establece un procedimiento de incidentes para el área legal: qué hacer si existe un acceso no autorizado, una fuga de datos, ataques de ransomware, etc.
  • Forma al equipo legal y a los usuarios internos que formen parte de la operativa (por ejemplo, comerciales que envían contratos) sobre buenas prácticas: uso de VPN, evitar redes WiFi abiertas, borrar acceso temporal después de proyectos…

Este segundo bloque permite que el departamento legal no solo reaccione, sino que prevea y gestione la seguridad como parte del gobierno corporativo.

Reunión de dos abogados en una sala de reuniones sobre una ciudad al anochecer. Artículo de Bigle sobre CLM e IA.

3. Prepárate ante incidentes y demuestra compliance: seguridad como valor estratégico

La función del abogado in-house ya no se limita a vetar un contrato: también debe anticipar riesgos, responder ante incidentes y demostrar que la empresa cumple y protege su información confidencial. En este sentido, la ciberseguridad es un componente clave del valor corporativo.

Riesgos legales y reputacionales:

  • Un ataque que afecta al contrato de un cliente clave puede suponer un daño reputacional, pérdida del cliente, litigios y sanciones.
  • La confidencialidad abogado-cliente se ve comprometida si la información legal es objeto de filtración.
  • En sectores regulados, el incumplimiento de obligaciones de reporte de incidentes (por ejemplo, en sectores financieros) puede acarrear sanciones.

Acciones estratégicas:

  • Elabora un plan de crisis que de respuesta a incidentes y sea específico para el área legal: define los roles, tiempos, comunicación, que involucre tanto al equipo jurídico como a TI, comunicación corporativa y regulatoria si aplica.
  • Genera reportes periódicos al comité de dirección o al consejo jurídico sobre métricas de seguridad: número de incidencias, tiempo de respuesta, porcentaje de contratos con cláusulas de seguridad, formación completada, etc. Esto convierte la seguridad en un indicador de gestión.
  • Integra la seguridad de la información en la estrategia del departamento legal: define cómo esta contribuye al negocio (confianza de clientes, reputación, continuidad operativa).
  • Haz del cumplimiento y de la protección de datos un elemento de posicionamiento del área legal frente al negocio: muestra que el departamento legal protege la estrategia de forma activa, que no solo actúa como reacción a los problemas.

Al dominar esta tercera clave, el departamento legal se transforma de gestor de riesgos a aliado estratégico del negocio, capaces no solo de reaccionar sino de liderar la resiliencia digital de la empresa.

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Al 86% de los abogados in-house le preocupa la ciberseguridad

Los abogados in-house y los departamentos jurídicos corporativos ocupan hoy un papel esencial: son los guardianes del negocio, custodios de la confianza, de la información confidencial y de los contratos que constituyen el valor de la empresa. Pero con ese rol viene una responsabilidad clave: la protección digital.

Proteger la información en toda área relativa a lo digital y en herramientas tecnológicas no es solo una obligación, es una función estratégica que refuerza el valor del área legal. Al aplicar las tres claves presentes en este artículo, el departamento jurídico se posiciona como actor protagonista en la prevención de riesgos legales, optimiza operaciones y genera confianza interna y externa.

En un contexto en el que el 86 % de los abogados in-house declara una alta preocupación por la ciberseguridad, asumir esta misión no es opcional: es imprescindible. Es hora de pasar de reaccionar a liderar. Y el equipo legal debe asumir ese rol.