El verbo teletrabajar se ha convertido en sinónimo de muchos aspectos positivos desde que el Covid-19 hiciera habitual el trabajo desde casa de la noche a la mañana. Además de suponer un ahorro para el empleado - que la mayoría de veces se beneficia de un subsidio por teletrabajar- el teletrabajo aporta beneficios a las empresas si se alinea con su filosofía ESG (Environmental, Social and corporate Governance en inglés) y supone un imán en captación de talento. Sin embargo, conviene tener en cuenta que estando en casa es cuando más energía se consume, por lo que se debe prestar atención a algunos consejos para que el teletrabajo sea eficiente al 100%.
Establecer un espacio de trabajo habitual en el domicilio exige que el entorno elegido sea tranquilo y sin distracciones pero, además, conviene que sea luminoso y cálido. ¿Por qué? Con el fin de ahorrar energía. Para ello se debe hacer el mayor uso posible de la luz natural y de una ubicación favorable en el hogar, para sacarle el máximo partido y evitar sustos en la factura de la luz.
Para el teletrabajo es imprescindible hacer uso de la tecnología, por lo que es recomendable limitar su uso dentro de los límites necesarios para ahorrar energía. Para ello, se deben apagar los dispositivos cuando no se utilicen. Esto evitará el consumo fantasma, un consumo silencioso de los aparatos en suspensión que puede suponer hasta un 11% de la factura de la luz. Así mismo, es recomendable contar con bombillas de bajo consumo en el espacio de trabajo y en el domicilio, una inversión inicial que minimizará el consumo eléctrico de la iluminación en el futuro.
Mientras que en verano el uso del aire acondicionado es más que necesario en zonas de climas calurosos, en invierno la calefacción es clave para que el teletrabajar sea cómodo. Ambas formas de aclimatar el hogar suponen un gasto creciente de energía en la actualidad, por lo que es recomendable usarlos de forma racional para poder ahorrar. Mientras que en verano se puede optar por utilizar ventiladores, que consumen hasta un 90% menos de energía, en invierno es conveniente aprovechar algunas de las horas en las que se teletrabaja para poner la calefacción; no es necesario tenerla encendida durante toda la jornada.
Trasladar la oficina a casa implica trasladar el equipo y materiales de trabajo, pero también las formas de trabajar. Así como en la oficina se trata de utilizar el menor papel posible, en casa se debe seguir con esta máxima y utilizar solo el imprescindible. Para ello, hay que tener en cuenta que la tecnología empleada ayudará mucho a conseguirlo: las notas se pueden tomar directamente en el ordenador y el grueso de documentación y contratos que se manejan en el día a día se pueden gestionar gracias a un software especializado como el CLM, que evita que se impriman cientos e incluso miles de páginas de papel por persona.
Trabajar en la oficina es recomendable para tejer una buena comunicación con los compañeros o desconectar del teletrabajo en el hogar, pero hay que tener en cuenta que el trabajo a distancia permite ahorrar un dinero significativo en transporte semana a semana. Por lo tanto, si deseas ir a la oficina es recomendable fijar días concretos para visitarla y aprovecharlos al máximo para dedicarlos a las tareas que más requieran de la interacción con los demás y con el resto de departamentos, aquellas que sean más creativas.
Aplicar el teletrabajo parcial o total en una compañía se puede considerar una medida de acuerdo con la filosofía ESG dado que, además de contribuir a un ahorro energético considerable para las empresas, también permite una mayor flexibilidad para los empleados.
El estudio de la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo explica que, de tomar medidas específicas alineadas por parte de las empresas, el teletrabajo es una medida que permite ahorrar energía y ser más sostenibles.